jueves

Escritura creativa 3

Tyler Olney
12 de abril de 2010
Profesora Moret
SPA 495
La tierra gris
Era el año 2013, un año después de la predicción de la gente maya que dice el mundo va a terminar. Ellos tenían razón, el mundo que existe antes de 2012 ya no existía a causa del tercer guerra mundial. Por motivo de poder y con la esperanza de restablecer su dominación global, , los Estados Unidos empezaba una guerra horrible con el resto del mundo. Al principio, la guerra sólo era entre los Estados Unidos y China, que era el poder dominante nuevo y la amenaza más aparente contra de la democracia y todo que representaba los EEUU. Tan pronto como Presidente Palin podía hacerlo, ella decidió usar las bombas atómicas y entonces este empezó una guerra con todo el mundo, quien no querría permitir los Estaos Unidos ser el matón con sus armas de destrucción. Por fin, una guerra mundial con muchas bombas atómicas resultaba en el fin del mundo moderno y casi nadie sobreviviría. No obstante, había pocos que todavía estaban vivos, y este es el cuento de unos de ellos, los que fundieron nuestra común pequeña.
Este viaje empezó en el Valle de la Sombra de la Muerte, y su nombre no puede ser más perfecto. Este lugar era uno de los zonas que fue destruido directamente con una explosión de las bombas atómicas. Todas las edificios y otras señales de civilización todavía no existía, sino las ruinas que sirven para mostrar el poder de la codicia humana y todos los resueltos de un mundo lleno con lideres egoístas y odio por todo que es diferente. El cielo estaba gris, siempre gris por causa del polvo que bloqueaba el sol y pintaba el mundo con desesperación y temor. No había muchos que estaba viva, pero había. Uno de ellos se llamaba Francisco de la Flor y este es su historia. Francisco tenía, no sé exactamente cuantos años pero era un hombre en la mitad de su vida. Tenia ojos oscuros y pelo negro y largo que estaba en una coleta. Tenía una barba que cubría una cara sucia y golpeada por las condiciones. Francisco era muy fuerte, flaco, pero fuerte. Él sólo tenía una misión. Su misión era encontrar a otra gente, otras que sobrevivieron el Apocalipsis. Primeramente, su búsqueda por contacto humano era sin suerte en el Valle de la Sombra de la Muerte y él decidió a viajar a la Llanura de la Tranquilidad, que estaba al otro lado de las Montañas de la Destrucción, con la esperanza que hay algo mejor que estaba en su mundo gris, su mundo de silencio sepulcral.
Francisco recogía todo que podía encontrar para su viaje. Este no era mucho, simplemente pocos artículos enlatados, una botella de agua fresca, y la ropa que estaba en su cuerpo. Con todo esto, él empezó su viaje al otro lado de las Montañas.
El viaje no era fácil. La tierra era muy elevado y su camino era duro. Francisco pasó días y días en su búsqueda por el otro lado de la Montaña, por sólo una pista de que existía alguien otra de él en todo el mundo, pero no tenía suerte. De hecho, durante una noche muy triste y solitaria, Francisco había comida su última lata de comida y había bebida su última gota de agua y era aparente que su viaje era sin esperanza. En este momento, Francisco decidió que la vida no era importante sin contacto humano. Agarró su cuchilla y puso la hoja oxidada sobre su muñeca sucia. Empezó a aplicar presión cuando, de repente, él oyó una grita fuerte. No sólo una grita, sino una de temor y horror, una de otro humano.
En seguida, Francisco empezó a correr al sonido. Mientras él buscaba el fuente de esa temor, un sentido de terror mezclado con esperanza llenaba todo su cuerpo. ¿Finalmente, contacto humano, pero por qué se gritó? Francisco corría y corría y al final de su maratón de desesperación, su pregunta de por qué fue contestada.
En frente de Francisco, había una mujer vestida completamente en blanco, con una mirada de terror en su cara. De pronto, era evidente el fuente de su temor. Estaba girando en torno de la mujer era un pantera negro, con ojos tan rojos como la sangre y dientes amarillos y dientes afilados.
Inmediatamente, Francisco saltó en frente del pantera con su cuchillo en mano y había una pelea a la muerte. En esta pelea solo podía ser un ganador, y Francisco era lo. Él estaba de pie sobre el cuerpo sanguinolento del pantera y por un momento, el sentía triste por la criatura pobre, que sólo querría sobrevivir en este mundo muerto, como él, como la mujer en blanca.
“Gracias a dios señor, usted me salvó,” dijo la mujer.
Aunque Francisco no podía pensar en algo excepto de la belleza de esta mujer y su felicidad de hablar con otra persona, él se dio cuenta que su misión era sobrevivir y que tenía ser escéptico de todo. “¿Quien eres y por qué estás sola? ¿De dónde eres? ¿A dónde vas? Dígame”.
“Me llamo Virgilia. Estoy sola porque mi familia murió durante la guerra. Anteriormente teñia una familia con tres hijos y un esposo cariñoso... pero perdí todo en un instante cuando una bomba fue echado a mi ciudad. Soy la única que no murió en toda la ciudad y no sé como. Soy del Bosque de Peligro y no sé a donde voy.. sólo quiero encontrar algo o alguien para que no sea sola. Dime su historia señor”.
“Me llamo Francisco y no te importa mi historia. Lo que es importante es que estamos aquí, y no somos solos. Voy a la Llanura de la Tranquilidad para encontrar algo o alguien vivo”.
Juntos, Francisco y Virgilia viajaban por la tierra pedregosa. Era un camino difícil, pero el espíritu de los dos viajeros había cambiado. Ellos tenían la esperanza que aunque todo parecía perdido, existía alguien más en el mundo que podía forcejear contra la depresión, la soledad incapacitante, y el gris.
Más tarde en su viaje, ellos finalmente estaban al otro lado de la Montaña y Francisco, estaba agarrado del mano de Virgilia, miraba todo el paisaje de la Llanura. Su corazón se cayó cuando veía nadie, nada, sólo más gris. Rápidamente, el sentimiento de desesperación regresó y Francisco empezó a pensar en su mortalidad y su intento fallido de quitarse la vida. Le perezco la opción preferida en el mundo vacío de vida, de felicidad, de color.
Pero este fue olvidado segundos después cuando Virgilia, dulce Virigilia vestida toda en blanca, su salvadora y compañera dijo “¡Mira! ¡Alla!” y extendió su dedo a la paisaje gris. Sin embargo, había algo diferente en este gris. En la distancia, rodeando completamente en muerto y gris, había un sólo árbol con flores blancos que parecían como el luz del paraíso eternal, como si fuera una película de negro y gris y este árbol era la única imagen en color. Para los dos viajeros, este era una señal, una de esperanza que la vida podía existir, y que este lugar había tocado del mano de la divinidad. En este momento, Francisco abrazó Virgilia y ella llora una lágrima, una de la felicidad porque ellos sabían que su misión no era sobrevivir, pero florecer y reconstruir.
“... Y este es la historia de la Llanura de la Tranquilidad y sus fundadores San Francisco y San Virgilia. Ellos empezaban el gran camino que luego continúa sus descendentes hasta este momento. Tres cientos años después, en el año 2313, nosotros vivimos en un mundo próspero sin el temor de las guerras y la gula humana, porque somos una familia. La familia de Francisco y Virgilia y es imperativo que nosotros nunca olvidemos este. La misión es lo mismo, florecer y reconstruir, siempre juntos, siempre con amor y compasión”.

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